Isla La Tortuga Venezuela

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Mais um sono feito realidade

lunes, 27 de julio de 2009

Maracaibo


Lo primero que se me viene a la mente es SOL cuando pienso en esta ciudad, y es que el sol le identifica en su más amplia expresión.

La aventura comienza cuando embarcas un autobus en cualquier terminal, donde la mayoría de los pasajeros tienen algo en común, van camino a una localidad que les llena de sonrisas; tanto propios como extraños al iniciar su viaje se acomodan en sus puestos para cerrar los ojos, de modo que mientras diferentes sueños inundan el ambiente, recorremos parte del territorio nacional culminando en la admiración de un precioso lago que indica la llegada al sitio.

Donde estuve, pude ver avances en la cultura, arraigo en el gentilicio, se palpé de cerca el interés por precerbar y seguir dandole significado a esa palabra que llevan sus pobladores con gran orgullo y que solo ellos pueden describirr con acciones y sentimientos, más no tanto con palabras.

Su gente es el producto exacto de un gran puerto que no tiene playa, sin embargo ellos se crían como “costeños”, pero cómo es un costeño sin mar? En este caso no importa, porque a cambio de mar tienen un gran lago que les suple en todo lo que sea necesario. Paisaje, esparcimiento, simbolismo, alimentos, todo lo necesario podrás encontrarlo allí, en ese lindo lago que les bordea tan impetuoso y significativo como podría serlo una cordillera, un navegable río o una divina playa.

Cuando sabes que irás a un sitio donde el calor es apremiante, puedes prepararte psicologicamente para ello, pero nunca estarás preparado para “pasar frio en un puerto”. La calidez de sus calles obliga tanto a públicos como a privados a crear ambientes que enfrien el cuerpo humano, pero nunca la humanidad.

Me encantó poder ver en un solo día: La inaguración de una de las mejores bibliotecas que existe en el país, en ese mismo evento a la patrona del estado, y un documental que relata la histria de la ciudad, contando su fortuna y desventura para asombro de los pequeñines que entre susurros y risas coreaban la música de fondo que daba ambiente a aquel micro histórico, claro, esas mismas canciones le han arruyado desde su nacimiento. También vi un parque al aire que une en unos cuantos kilometros a turistas, artesanos, deportistas, infantes, comenzales, colegiales, enamorados de la vida y gente que quiere darle un buen uso al ocio que les invade. Todo esto y solo habían trancurrido algunas horas desde que bajé de aquel bienaveturado auto bus. Lo de aventurado, sin saberlo le quedaba a la medida.

Cuando el sol estaba justo en su posición cenital, decidí visitar el centro, que mejor lugar para disfrutar del calor de la región?. Descubrí allí, una Casa de la Capitulación frente a la Plaza Bolívar, una alcaldía que, en todos los sentidos, está opuesta a la gobernación, varios templos cuya arquitectura disputa con el colorido de sus paredes y decorados para resaltar y llamar la atención del visitante. El Teatro es pequeño pero se las arregló para desde su esquina, no pasar desapercibido y llamar la atención de cualquier transeunte para luego limitar su entrada.

Sea cual sea tu creencia religiosa, no puedes dejar de admirar la majestuosidad de dos templos que se enfrentan y en cuyo medio se encuentra una hermosa caminería, adornada con plantas, fuentes, banquetas, gente y dos inmensas esculturas de El Patrono y La Patrona de la ciudad, la segunda mostrando sin querer (o tal vez queried) su relevancia ante el primero.

Al caer la tarde, me dejé guíar en un paseo que, mostrando el aspecto patrimonial de la ciudad, aprovecha para inyectar a los asistentes un poco de ese orgullo que derrocha cada individuo que ha tenido la dicha de nacer en aquellas tierras. Individuos que encuentro al paso (propios o adoptados) y que están dispuestos a demostrarte que el amor en la humanidad existe, sin importar tu precedencia, credo o color. Con gente extraña compartí un paseo familiar a los cartimg y luego una patinata en el Mall, recordándome a cada momento que el término “amigos” puedes definirlo cada día con cada paso que das fuera de casa. Mis amigos por ahora son aquellos con los que te unes gracias a gran cantidad de sonrisas.

El día siguiente comenzó con una visita al planetario que no muestra planetas…pero muestra naturaleza en abundancia, tanto teorica como fotográfica y también una calma naturaleza que ojala fuera lo natural. Los sonidos sin ruidos ensordecen a cualquiera cuando se sienta al borde de un pequeño lago (dependiendo de la referencia), en un muelle cuyas paletas de madera crujen bajo tus pies y te hace recordar una perfecta escena previa para el beso de unos enamorados, La brisa sopla infinita y logra sacia cualquier carencia de tu cuerpo, las de tu alma ya estarán topadas con aquellos humedales que te rodean, donde se esconden todo tipo de aves a excepción de los patos que se esconcen en el agua obligandote a parpadear ante sus inquietos movimientos.

“No debes confundir “conocidos” con “amigos””, quien repite esa frase no se ha visto en la disyuntiva de dar denominación a aquellas personas que acabando de conocerte te brindan todo cuanto tienen y lo que no tienen también, sin esperar nada a cambio más que sonrisas y comentarios gratos que son inevitable ante tanta complacencia. Mis nuevos “con-migos” del día de hoy me regalarían a parte de su amor sincero (así lo sentí por lo menos por ese momento) una figurita que imita en pequeña escala al indigena típico de la región, Fue un detalle muy bonito más por lo inesperado, pero lo mejor estaría por venir cuando en su compañía pude visitar El Museo del Puente.

(Largo y pausado suspiro) Describir el Museo del Puente o el Puente, es nada y es todo. El azul predomina en un cielo que se divide en dos partes allá en el horizonte. Un cielo en la parte superior un poco más claro y otro que por estar más abajo no debería llamarse mar. En este cielo del sur el color se hace más profundo (me gust aria saber si los sueños también) y su movilidad al igual que en el cielo del norte, también querrá engañarte. Expresa una quietud que enmudese, pero no te dejes engañar, éste también se mueve y entre sus ondas lleva consigo mensajes ocultos, mensajes evidentes, armonías perfectas…ah y lleva barcos también, sin olvidar los animales que viajan dentro de éstos.

Este cielo inmenso, ya dije que se parte en dos en el horizonte pero aquí mismo, ante tus ojos puedes verlo diverse nuevamente, esta vez en forma vertical por algo que desde acá parece un dibujo que entre líneas, juega con las distancias, pero es real. Es el Puente Rafael Urdaneta, mejor conocido como El Puente sobre el Lago de Maracaibo, quien permance imperturbable ante los vaivenes de todas aquellas actividades que se les ocurre venir a existir justo a su alrededor. Cada cosa que conoces como grande, se hace pequeña ante tanta inmencidad (por eso decía antes que “depende del punto de referencia”). Es una estructura que se combina entre metal y concreto y va de un extremo a otro cruzando el lado más estrecho del lago para comunicar a dos poblaciones que antes eran como paises diferentes.

Por si no lo habían notado, en esta reseña estoy hablando de Maracaibo, ciudad que se atreve (y no le queda más remedio) a esconder ante los ojos de todo el mundo, algunas de sus más antiguas bellezas, Los Colosos que aún protegen al que algún día fue el primer rascacielos de la ciudad, una torre de tres pisos cuya estructura fue pionera para la arquitectura del momento, al lado una pequeña iglesia (dije pequeña? Eso si es una real rareza en esta ciudad) y un busto que hace un extraño ángulo con otras antíguas edificaciones que pretenden rodearte para obligarte a alzar la vista y admirar su historia. Digo alzar la vista porque si la mantienes a nivel, solo veráz a los indigenas y buhoneros a los que estas estructuras han usado para esconderse, la técnica es infallible pues al estar ocultas así, quien las decrubre siente que las admira más…buen truco!!!

El Museo Lía Bermudez, aunque no es una estructura tan antigua, alverga entre sus muros grandes períodos para contar de esta ciudad y por consiguiente del país entero, el arte se mezcla con el egocentrismo justificado y con la historia que cada pieza es capaz de contarnos. Fotografías, videos, pinturas y cualquier tipo de expresión (no digo “expresión artística” porque considero que sería redundar) se reunen allí para susurrar sus orígenes, sus andanzas y su presente además de dejarnos usmear acerca del futuro, si somos lo suficientemente imaginativos.

La comida es vulgarmente buena, he de aclarar que aquí la palabra vulgar toma una connotación distinta, porque como todo es grande y hay competencia al respecto, lo de vulgar es un rango más de magnificencia, es decir que al denominar a la comida vulgar, realmente lo que quiero decir es Mcnifica, pero magnifica suena como agoutmet francés.. Y creanme, nada que ver. Esto es algo así como un guiso magnífico o como se diría en la capital: Burda de buena..!!! Muchas salsas, mucho cochino, muchas frituras, en fin, mucho de todo!!!

No puedo dejar de mencionar lo que por estos días considero una rareza en las ciudades que he visitado, las calles están impecables y la señalización es muy buena. Y que punto de referencia tomo para determinar lo buena? Cuando sin conocer nada del sitio donde te encuntras, no te pierdes porque puedes guiarte con los letreros…es simple. Sin embargo me ha costado consigliore esto mismo en otros lugares donde la señalización se coloca para ser entendida solo por los lugareños y otras simplemente no se colocan “porque todo el mundo sabe que es por ahí, aunque la flecha está pa’ lla, todo el mundo sabe que no flecha”. Señores!!! Empecemos a pensar en que..hello…no estamos solos…hay quienes nos visitan y no están obligados a adivinar nuestras vías…!!!

Quedaría por plasmar en letras (ya está interpretado en gráficas) las tranquilas aguas de La Laguna de Sinamaica, hablar de Sinamaica obliga a contar algo respecto a su gente, pero lamento decirles que de ellos no pude saber mas que lo contado por otros, son rasgos no muy complacientes y sería injusto mencionarlos si no pude experimentarlos como ciertos. Aunque no poder intercambiar palabra, también habla de su idiosincracia, lo que pude percibir es que son personas muy cerradas para los agenos pero entre ellos parecen unidos, sus casas están construidas para facilitar la comunicación familiar y a jusgar por sus condiciones, no podrían sobre vivir sin apoyarse mutuamente.

Las casitas sobre el agua, mejor conocidos como Palafitos, aquellas cuyo parecido con venecia le darían el nombre al nuestro país, ya no son tan imprecionantes como en la niñez, aunque la laguna no deja de transportarte a esa historia de conquistadores y batallas, siendo tan noble la naturaleza que deja pasar una fresca brisa en tanto por vez para sacarte del letargo y evitar que construllas imágenes fatidicas y en cambio te lleves contigo los actuales rasgos de lo que bien podría ser una pintura: tranquilas aguas apenas golpeadas por pequeñas embarcaciones, ganado que parece flotar en un islote de paja, aves que revuelan en todas direcciones, niños que se enconden (como los patos) entre las aguas y pasadizos de sus hogares. El concepto de “voy a jugar afuera” aquí toman un sentido diferente.


Como el sol, Maracaibo es colorida
Como el sol, Maracaibo tiene gente calida
Como el sol, Maracaibo es un misterio para descubrir
Como el sol, Maracaibo no hay que conocerla para saber que existe
Como el sol, Maracaibo da vida a los que le rodean
Como el sol, si no has visto a Maracaibo, te has perdido una parte fascinante de la vida





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