Isla La Tortuga Venezuela

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Mais um sono feito realidade

viernes, 24 de julio de 2009

¿Andrés Eloy Qué?


Esa fue la respuesta de Adrian Delgado cuando su actual pareja protagónica, le propuso en la vida real, llevar a cabo un nuevo proyecto para dar conocer a los más jóvenes las peripecias del creador de Las Uvas del Tiempo, aquellas aventuras que fueron impresas en forma de poema y que por algún motivo sus admiradores adoran, pero el común denominador de la población ignora.

De la mano de su esposo y con el sello de Lazos Producciones, Mimí Lazo llevó a un selecto grupo de actores y participantes del espectáculo para mostrar al público presente aquel domingo, una selección de los mejores trabajos del doctor en ciencias políticas y sociales, que dejó su marca en la literatura del país como lo fue: Don Andrés Eloy Blanco.

Bajo la rígida mirada vigilante de Luis Fernández, un grupo de íntimos compañeros, decidió correr la cortina para dejar que el público presente, fuese testigo de aquella tertulia, donde los mayorcitos entregaban su alma a la declamación de aquellas prosas aprendidas de generación en generación, y los más jóvenes intentaban imitarles consiguiéndolo la mayoría de las veces.
- Debo confesar que yo llegué tarde a la poesía, de hecho llegué casi obligado. Cuando decidí compartir mi vida con Mimí tuve que conocer a este gran personaje que es Blanco, porque no pasa un día de su vida sin que Mimí no cite alguna frase de Andrés Eloy…así que no me quedó más remedio.!!

Así comenzó Fernández la presentación de aquel evento que pretendía honrar a este consagrado luchador venezolano, al tiempo que la creadora cumplía con un deseo personal, que era dedicar a su madre aquel acto marcado por la emoción. Pues como ella misma comentó, su mamá es ferviente admiradora del artista, motivo por el cual creció entre giraluna, coloquios y palabreos, versos que en breves momentos se habrían de desplegar.

Los invitados quedaron presentados y dieron inicio al festín, mientras eran acompañados por el vino y pasa bocas que adornaban la impecable mesa blanca, rodeada con sillas traslúcidas que parecían flotar, dando al ambiente una atmosfera de difuso sueño victoriano.

Raúl Amundarai hizo gala de su histrionismo al declamar de forma exacta la primera pieza, el público asombrado y batido por las emociones que este actor sabe manejar, desvió su atención luego hacía la exposición de Elba Escobar quien dedicó aquellos versos de viajes y amores, a un primo muy querido, no sin antes soltar algunas anécdotas que le ligaban al poema seleccionado para la ocasión, preparando así el terrenos para lo que luego vendría, una destacada participación que afianzó su talento artístico ahora también para la prosa.

La Hilandera entrelazaba la velada entre chistes, anécdotas y vivencias que contaban cada uno de los participantes, la mayoría inquietos por ser ésta una de las pocas veces que salían de su rol habitual para intentar otra faceta artística, igual de fascinante pero en donde se notaban menos expertos. Fue allí donde regresaron al mar Los Hijos Infinitos y confesó el poeta su Autorretrato.

Carlota Sosa apareció radiante, con un largo y sencillo vestido tornasol, muy acorde con la gala del momento. Su delicada figura dominaba el centro de la mesa y su voz emocionada abarcaba todo el ambiente. Contó aquella figurilla de porcelana su fortuna personal, había sido vecina de Andrés Eloy Blanco y poseía entre sus bienes un par de poemas que aquel cumanense residenciado en Caracas, había compuesto para la tía de ella y para su mamá, en un par de ocasiones muy especiales. Compartió aquellas inéditas estrofas. Ahora los asistentes pertenecían a una cofradía, un selecto grupo que habría de escuchar aquellas palabras que nunca se ilustraron para el resto de los mortales, por su íntima procedencia.

Acompañado de una vieja guitarra Jean Carlos Simanca animó la velada; confesó estar fuera de los lineamientos pautados por el director, pero igualmente se destacó ovillando entre versos y coros protestantes, líneas que según la actual situación del país, aparecen tan vigentes, como si el ex-parlamentario las hubiese recién compuesto para la ocasión.

Repitiendo su turno como niños entusiasmados por su acertada intervención, se fueron alternando los artífices para continuar con el agasajo. Celebración por la historia, por la literatura; amor vestido de fiesta con encajes de lágrimas, odas a los avatares, a la injusticia y al renacer. Todo esto inspirado por un solo hombre, uno que “tuvo la oportunidad de sobrevivir a tres dictaduras militares, dos paréntesis democráticos y tres golpes de estado; que vivió la transición del modernismo a la poesía de vanguardia” y tuvo la delicadeza de dejarnos todas esas experiencias en líneas que ahora forman parte de nuestra idiosincrasia.

Para continuar - los auto confesados- menos diestros tuvieron su oportunidad, Adrian Delgado y Mónica Montañés participaron con algunos versos de menor extensión. Empujados por la vitalidad e insistencia de Lazo, dijeron haberse encontrado en aquel lugar sin saber por qué.

- Como es costumbre de Mimí, ella tiene esa manía de involucrar a sus más allegados en los proyectos de Lazos producciones.

- Es así Luis, y es por eso que está aquí con nosotros y es un orgullo inmenso para mí presentar, a ese amuleto que nos acompañada en todas estas locuras, nuestra queridísima Mirta Pérez.

Fue el final del acto, Mimí miraba con orgullo a su madre y a sus familiares, quienes la observaban con evidente cariño desde la primera fila, ella se sentía realizada y jugaba a comentar que su progenitora “por fin” estaría orgullosa de ella.

Doña Pérez entonó entonces, el más popular de los de Blanco: Píntame Angelitos Negros.

El público de la sala repleta, le seguía con frases entre dientes, como aquella canción que viene a tu boca desde recuerdos muy lejanos, aquella prosa que no sabes cómo pero está en tus labios llena de evocaciones tan antiguas como imprecisas, siempre llenas de emoción.

Así, desmembraron al autor de La Renuncia, contando -como él lo hacía- profundas historias en versos llanos. En Cuatro Dimensiones, dejaron expuesto a este venezolano insigne, que “debería ser para nosotros, lo que Neruda es para Argentina” relató Mimí. Este poeta, humorista, político y cronista que volvió para vivir por un par de horas en la sala del teatro Corp Banca, gracias al empeño de recordarle que aún circunda entre los más inspirados de un grupo de seguidores de su mágica pluma, que aún hace vibrar a conocedores y no, de las sublimes letras de Don Andrés Eloy Blanco.

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