Isla La Tortuga Venezuela

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Mais um sono feito realidade

lunes, 27 de julio de 2009

Gustavo Cisneros

Al conocer al personaje que describiremos a continuación, podríamos decir automáticamente que un líder no se hace, sino que se nace siendo líder. Para este caso sería muy fácil pensarlo pues el personaje en cuestión abrió los ojos por primera vez en Caracas bajo el signo de géminis un 01 de junio de 1945, cuando su padre ya tenía una gran parte del camino empresarial andado.

Cubano de nacimiento, pero ciudadano latinoamericano por convicción y oficio, aquel padre nunca supo (o tal vez si) que comprando aquel camión que lo ayudaría a formar su emporio desde muy joven y luego casándose con Doña Albertina Rendiles, formaría una de las familias más reconocidas en el mundo empresarial, la cual su cuarto hijo lideraría para darle un valor agregado y dedicarse al negocio por el resto de su vida.
Ciertamente Gustavo Cisneros, tan solo por ser hijo de Don Diego Cisneros ya tenía la mitad de su futuro asegurado, pero él no se conformó con esto decidió buscar con sus propias manos, no solo la otra mitad sino ir mucho más allá. Siguiendo siempre los concejos de su padre procuró formarse lo mejor posible. Luego de terminar la segundaría en una escuela de Estados Unidos a la que asistió para reforzar una educación multicultural que le enseñara otro idioma, ingresó a la universidad de Babson College en Wellesley, una pequeña ciudad cerca de Boston para obtener un título de economista.
Cuentan sus compañeros que siempre se destacó como un líder, ya en la escuela resaltaba en las materias de historia y matemática, lo cual es poco usual en la mayoría de los estudiantes. Practicó diferentes disciplinas deportivas, pero la lección que le quedó marcada fue aquella de que “la disciplina con tolerancia y rigor académico” son las bases necesarias para crear a un ganador, y esto fue lo que él dejó que Babson College hiciera por él.
Con siete hermanos en la familia y un hermano y hermana siguiéndole los pasos, se convirtió, al igual que su padre en un ejemplo para la familia. Compartió los estudios con el trabajo y trabajó no sólo acompañando a su padre en las labores del ya conocido grupo Cisneros y sus diferentes divisiones, sino que además procuró su propio dinero en los Estados Unidos, pues cuenta que su padre colocaba restricciones a las mesadas que les daba, para formar también su carácter administrador.
Diego al ver el interés que su hijo mostraba para conocer los negocios familiares, a los 14 años le prometió “te voy a educar para que seas un líder empresarial”, sin embargo nunca lo forzó a escoger a qué se dedicaría. Ese padre de pensamiento amplio y pluralista, soñador y emprendedor –como lo describe el mismo Gustavo- se limitó a dar un ejemplo de luchador incansable y a otorgarle los mejores concejos en el momento oportuno.
Jhony Faujul, ex compañero de universidad de Gustavo, dice que para los Cisneros “cuando hay que jugar, se juega duro, y cuando hay que trabajar, se trabaja duro” esto a propósito de aquellos dúos que formaban los hermanos para jugar al dominó en los momentos de ocio entre estudio y estudio. De la misma universidad, recuerda otro compañero que Gustavo se destacaba también como anfitrión de fiestas, atendiendo impecablemente a los invitados que visitaban el apartamento que habitaba junto con su hermano menor, luego de que Ricardo ingresara a la misma universidad.
Gustavo describe a su madre como una persona “más bien práctica y cariñosa, con los pies en la tierra” lo cual se convierte en una interesante fórmula para el matrimonio que criaría a este gran personaje de la historia empresarial venezolana, que llegó con sus proyectos a conquistar Estados Unidos, Europa a través de España y hasta La China posteriormente.
Al contrario de lo que se pudiera pensar, Gustavo no esconde el secreto de su éxito: “Cerebro, corazón y coraje” son los aspectos que te llevarán a conformar una empresa exitosa. Tal vez Cisneros lo describa en pocas palabras, pero esto se traduce en un trabajo y entrenamiento diario para ejercitar aquella característica personal de “visionario” como lo describe su esposa Patricia Phels con quien comparte su vida desde 1970.
Otra característica que comparte con su padre es: consumir información. A Gustavo no solo le interesan los aspectos generales de un tópico sino que se va siempre a los detalles que son –en apariencia-menos significativos. Su memoria fenomenal, es otra cualidad personal que sus empleados respetan y jamás subestimarían.
Cristina Piereti (colaboradora de la vice-presidenta de operaciones en Venezuela) dice que “Gustavo Cisneros tiene una capacidad de aprender impresionante, lo cual se traduce en una Organización en la cual, si el jefe tiene capacidad de aprender, los empleados tienen también capacidad de hacerlo”. A todas esas características personales habría que agregarle que es un hombre que necesita dormir poco para estar rebosante de energía.
Sus empleados y colaboradores le conocieron recorriendo personalmente cada división para cuidar los detalles de todos los productos y servicios, tal cual como su propio padre lo haría años antes. Gustavo, si encontraba alguna falla, le hacía la observación directamente al responsable, y luego de escuchar giraba instrucciones para alentar al gerente a optimizar su trabajo. Así ponía en práctica aquel viejo consejo de papá: “cuidar los detalles, poner toda la energía y vitalidad en cualquier negocio por pequeño que éste fuera”.
En 1980, con cincuenta empresas en su haber, con cientos de gerentes y miles de empleados, la operación se torna demasiado grande y diversificada para vigilarla con la meticulosidad personal que era sello gerencial de su padre, es cuando Gustavo decide rodearse y consultar a los mejores para que le ayudaran a diseñar otra forma de organizarse. Fue entonces cuando supo que el futuro de sus empresas quedaba, en última instancia, en manos de sus empleados. En ese mismo año recibe la Orden de Isabel la Católica, por gracia de su majestad el Rey de España, reconociendo la gran labor realizada por Cisneros y sobre todo por llevar el idioma español a todo lugar donde él llegare.
En el discurso pronunciado en 1981 para Babason College, con motivo de su designación como miembro de la Academia Internacional de Empresarios Distinguidos de esa institución (empresario más joven en recibir esa distinción), dijo “La diferencia entre una organización y otra estriba no en los activos financieros o fijos, sino en la capacidad de su personal”. Por eso Gustavo se dedicó por años a entrenar y supervisar a sus gerentes, ejecutivos y hasta vice-presidentes, para asegurarse de colocar a la persona correcta en el lugar indicado. Veinte años más tarde, en 2001 recibiría el premio International Emmy Directorate Awards, como un reconocimiento a su trayectoria empresarial en los medios de comunicación social.
Para complementar su vida de líder incansable, Gustavo se dedicó además a contribuir con la sociedad en la que habitaba y con la que luego sus tres hijos compartirían. Convencido de que “hay una relación fatal entre los niveles de educación y la pobreza” fundó junto con su esposa y otros familiares que participan del negocio, la Fundación Cisneros. Esta fundación se aboca a reforzar la educación y la cultura de los venezolanos con obras como: El Mozarteum que incentiva el saber musical en jóvenes del país, el rescate de objetos etnográficos, la colección de cientos de miles de fotografías del sur de Venezuela (zona en la que Gustavo y su esposa ponen especial atención), todo esto con el fin de crear una base para el desarrollo social en un mundo de desarrollo tecnológico.
Con todo esto Gustavo Cisneros confirma lo dicho por el escritor latinoamericano Hemingway: “movimiento no es acción”. Apegándose a la definición que da la Real Academia de la lengua a esta palabra. Acción: es hacer lo que se hace, influencia de una cosa sobre otra, facultad de hacer y sinónimo de dinamismo. Podría decirse que es esta palabra la que define a un gran líder y es con certeza esta palabra la que define a Gustavo Cisneros.
Por su parte Carlos Fuentes lo describe como: “creador de una cultura de negocios, adelantado de una cultura política de equilibrios, promotor de una cultura educativa que no deje atrás a nadie, escudero de la lengua española en el corazón de Angloamérica”, mientras Pablo Bachelete lo describe simplemente como “Un empresario global”.
Con todos estos calificativos adquiridos a lo largo de una larga carrera empresarial, hoy Cisneros sigue haciendo lo suyo en el país, pero ahora desde un bajo perfil debido a los múltiples cambios políticos y económicos que le atañen directamente a él y a su organización.


Algunas de las Publicaciones más importantes en las que aparece el personaje:
· U.S./LATIN TRADE 1993 Global Vision
· América Economía 1998 Ciudadano Cisneros
· PRODUCTO 2000 Un tigre quiere ser león
· PODER 2003 The King of Entertainment


Bibliografía

Todos los datos expuestos fueron tomados del libro "Gustavo Cisneros un empresario global"
Autor: Pablo Bachelet
Editorial Planeta Febrero 2004.

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