Isla La Tortuga Venezuela

Isla La Tortuga Venezuela
Mais um sono feito realidade

martes, 4 de mayo de 2010

Publicado en el foro ENSEÑANZA DEL ESPAÑOL EN BRASIL del V Congreso de la Lengua Chile2010

Celebro la resolución adoptada por Brasil de enseñar el español desde la escuela con carácter de obligatoriedad, y a esto puedo agregar que, además de la literatura, el apoyo de la música es también de valor incalculable para un aprendizaje práctico. Dicen que "la música es el lenguaje universal" de modo que sería muy inteligente tomar de ella esa riqueza que posee, esa forma única de meterse en la psique de multitudes, para enseñar a los niños (de todas la edades) cualquier lengua. Para aprender a apreciar a los autores y sus libros, es necesario conocerlos, leer varios de sus textos, incluso compararlos con otros varios autores, comprender las corrientes, etc. La música tiene la particularidad de gustar a todos, todos tenemos un tipo preferido de melodía, por tanto, esta melodía nos será agradable de escuchar y repetir aunque su letra esté escrita en un idioma desconocido, esta repetición y la disposición positiva que le prestemos, será el primer factor de ayuda para facilitar el aprendizaje. En el mismo orden de ideas es interesante observar, cómo la industria de la música en Brasil ha tomado de sus grandes exponentes literarios, los mejores poemas y expresiones populares, les han adherido diversidad de acordes para formar melodías que hoy gustan tanto a grandes como a chicos. Gracias a ese mecanismo, se ha enriquecido la industria al tiempo que se enriquece al pueblo. A través de la música han evitado la muerte de su memoria literaria, que al narrar, pinta la historia, la cultura y la evolución de su país a través de los años.
Por otra parte, y tal vez éste sería tema para otra sub-discusión, por qué no tomar el ejemplo de Brasil y aplicarlo a los países de habla hispana? No deberíamos nosotros también impulsar el aprendizaje del portugués? Tomando en cuenta que al menos 10 países limitan con el gran Brasil, es imperdonable que la mayoría de sus pobladores no conozcan más de 10 palabras en portugués, de las cuales seguramente 3 estén asociadas al fútbol, 2 a los carnavales y otras 5 sean improperios mal traducidos por algún bromista. De Brasil tenemos mucho que aprender, ejemplos a seguir hay infinitos. Tenemos que descubrirlos, pero para descubrir un pueblo y su cultura, es indispensable conocer sus formas de expresión. Entonces por qué no aprenden los hispanoparlantes el portugués? No es acaso Brasil el potaestandarte del Mercosur? Si este proyecto sigue adelante no solo Brasil debe aprender español, sino que los que hablan español deberían-al menos-entender portugués. No tiene acaso Brasil ciudades como Porto Alegre en donde “nacen los escritores”? No tenemos por qué perdernos la maravilla de conocer en su lengua a Carlos Drummond de Andrade, Jorge Amado, Clarice Lispector, o más recientemente Marcelo Da Cunha en vez de conformarnos con leer un tal vez mal traducido Coelho que es lo que el marketing pone a nuestra disposición. No tiene el brasilero esa cadencia con la que nacen para sacar de cualquier instrumento los mejores ritmos? Ellos en verdad tienen mucho, mucho que ofrecer, por lo que considero que también nosotros deberíamos interesarnos por instruirnos “no sólo en sus reglas gramaticales y vocabularios fundamentales..” sino además en “fomentar e incluso AMPLIAR la utilización de la lectura de sus textos”.

Publicado en el foro LAS TELENOVELAS Y LA DIFUSIÓN DEL ESPAÑOL del V Congreso de la Lengua Chile2010

Veo con preocupación este tema de la globalización y la enseñanza del lenguaje a través de las telenovelas, porque particularmente en Venezuela, las novelas poseen un contenido popular que obliga a los personajes a recurrir a jergas muy cerradas, por lo cual lo que se está enseñando al resto del mundo televidente no es exactamente nuestra lengua, sino su desfiguración. Por otra parte me gustaría saber sus opiniones acerca de esos niños que son criados viendo televisión por suscripción y por consecuencia aquí en Venezuela he conocido a más de un infante con acento mexicano, aunque no tienen ningún parentesco cercano con ese país y ni siquiera han llegado a visitarlo. (Creo que ni siquiera son concientes de que su forma de hablar es diferente). Como último tópico, confieso la molestia que me causa escuchar las traducciones de películas o telenovelas, con el marcado acento del país que las traduce (España, México, Argentina, Venezuela) quienes además agregan modismos tan propios que resultan absurdos al ser pronunciados por un George Clooney, por ejemplo. Es acaso imposible lograr un acento neutro que consiga entre las múltiples palabras que tienes el español, la forma de expresar ideas sin tener que entrar en vocabularios cerrados que sólo entenderá un pequeño sector del mercado? Pienso que las compañías de doblaje deberían hacer un esfuerzo por conseguirlo, ya que al encontrados un “orale” en “Buscando a Nemo” nos saca inmediatamente del relato para llevarnos a pensar en “El Chavo”. No sería descabellado pensar que es justamente eso lo que se busca, a través de los shows de masas imponer el lenguaje de quien traduce, para que entonces empecemos todos expresarnos de formas similares, pero cuál será la forma de expresión que se imponga: la mejor o la que más películas o novelas alcance a traducir?

Publicado en el foro LENGUA Y EDUCACIÓN del V Congreso de la Lengua Chile2010

Este tema es sin duda un dilema similar a aquel del huevo y la gallina. ¿Quién fue primero? Los alegatos que escucho de los amigos que producen contenido programático, es que, lo que ellos colocan en pantalla es fiel reflejo de la realidad, de la sociedad en la que vivimos. Pero si no son los medios los que nos enseñan o al menos colaboran con impulsar un mejor uso de la lengua, entonces ¿quién lo hará? La primera respuesta que se me viene a la mente es: La familia; al instante me viene otro pensamiento y es una duda, porque lamentablemente hoy en día ni las familias, ni las escuelas influyen tanto en un individuo (sobre todo en formación) como lo hacen los medios de comunicación. Por este camino quiero llegar al punto que expone Santiago Hernando: “¿cuál es el criterio para definir, desde un punto de vista legal, un «uso incorrecto de la lengua española»?”. En el caso de Venezuela, existe una ley de Responsabilidad en Radio y Televisión que regula entre otras cosas, el uso del lenguaje en los medios de comunicación y aplica sanciones severas a quienes pasen por alto sus normativas. A simple vista ésta podría parecernos una solución, sin embargo en ese mismo país, el presidente de la república se dirige al pueblo en cadena nacional utilizando palabras que popularmente son consideradas improperios. Tomando en cuenta la fuente, el colectivo comienza a hacerlas de uso común y los medios se encuentran en la diatriba de si “pueden o no hacer uso de estas palabras”, el solo hecho de cubrir la noticia presidencial se hace un hecho contradictorio si nos apegamos fielmente a mencionada ley. Nuevamente nos encontramos frente al caso del huevo y la gallina…

Publicado en el foro EXILIO E INSPIRACIÓN LITERARIA del V Congreso de la Lengua Chile2010

Definitivamente si, son las emociones y experiencias fuertes las que nos marcan de por vida y las que al escribir y requerir recursos, vendrán inevitablemente a nuestra mente. En eso creo. Ahora refiriéndome al título de este tema, me gustaría invitarlos a pensar que, en esta tópico podemos hablar no sólo del exilio corpóreo, el cual Carlos Alberto Montaner describe muy bien, sino además del exilio del corazón el cual puede afectar el mundo literario de varias formas. En primer lugar, si el estar lejos de nuestra tierra nos lleva a “querer contar”, imaginen la cantidad de cosas que tiene para decir una persona cuyo cuerpo queda encerrado entre fronteras, mientras su ser (eres) más querido (s) se marcha (n) lejos, llevándose consigo los mayores sentimientos del descorazonado. Definitivamente son infinitas las posibilidades de escribir acerca del tema, además que resultaría una terapia muy funcional escribir para desahogar las penas de un corazón en el exilio. Luego este cuerpo descubre que existen formas de mantenerse en contacto con su (s) ser (es) querido (s) y se aferra a ellas como una forma de respirar su aire. Comienza entonces a investigar lenguas de países lejanos, a descubrir secretos en otras culturas, a escudriñar personajes nuevos y es así como llega a la literatura de aquel nuevo país. Este enriquecimiento involuntario le nutre y ahora al escribir es otra persona, es él con su cuerpo acá, su corazón allá y su cerebro “con una-múltilple- visión de lo que significa escribir y vivir” cuando se está fuera de la patria, aunque sea en parte

El síndrome se aloja en el corazón

Podría iniciar esta historia diciendo que tuve una vida desdichada, pero prefiero comenzar con una óptica positiva, así que sólo diré que gracias a Dios hoy tengo un trabajo estable, que me permite pagar la habitación donde vivo y algunas fiesteritas o gastos extras de vez en cuando.

Traté de cerca por mucho tiempo a la Sra. Josefina. Después de años de contacto y de tanto conocela, puedo decir –no precisamente que la entiendo- pero sé que al menos acierto al decir que lo que hizo, lo hizo por ignorante; aunque también reconozco que a veces uno es ignorante porque quiere.

No supo qué hacer con aquel hijo que tenía en brazos y lo más que pudo fue entregárselo a su hermana. Después de ocho años, volvió para buscarlo porque le hacía mucha falta. No tenía trabajo y necesitaba sustentarse de alguna forma, así que encontró en la bondad de la gente que frecuenta los centros comerciales su mejor fuente de ingreso, el niño era perfecto para este fin.

Miraba desde lejos para tantear el movimiento y si regresaba con las manos vacías el castigo inminente esperaba en casa con un pedazo de cable. Después de muchos maltratos y marcas en mi vida me largué y decidí vivirla a mi manera.

Adolescente libre y sin nadie que me restringiera, disfruté de cuantos placeres nos permite la existencia. Placeres tanto de la buena, como de la mala vida. Conocí a un montón de personas que ocuparon el lugar de la familia que nunca tuve y mi cabeza y mi corazón dejaron la tristeza en un cajón que solo abrí para dejar entrar el Amor.

“Amor”: Puedo decir que gracias al amor, soy hoy lo que soy. Fue el amor quien me llevó a entregarme a él sin condiciones. Y fue el amor de Amistad, el que me llevó a hacerme la prueba de despistaje cuando tuve las primeras sospechas, unas manchas oscuras comenzaron a aparecer en mis piernas.

“Amistad”: Fue esa misma amiga quien insistió en una segunda prueba al recibir el resultado positivo, y quien por más de cinco meses cuido de cerca mi pasos, hasta que por fin pude aceptar que mi vida había cambiado. No era un mito, no era otro; era yo quien ahora debía Vivir de Cerca con este virus.

“Vivir de cerca”: No solo significa el miedo y el dolor del rechazo. Es quedarse sin trabajo por los prejuicios existentes, es tener un perenne secreto con el mundo, cerrarme al amor por recelo. Significa también tomar múltiples pastillas para mantenerme en pie, aguantar los efectos secundarios de los retrovirales que son fuertísimos, dar gracias a Dios porque un tratamiento te caiga bien, porque si no, vienen las pruebas, los cambios y las consecuencias pueden ser fatales.

“Fatales”: No se trata de la muerte, quiere decir más bien los vómitos, mareos, desmayos, caída del cabello, marcas en el rostro, defensas bajas, cuidado de las cortadas, además de comer cosas que no me gustan porque -hay que cuidar las defensas- ah y ni hablar de los trasnochos y bebidas porque quedan prohibidos.

A simple vista podría pensarse que eso es mejor que morir, pero cuando se sufre esta enfermedad, por momentos piensas que es mejor estar muerto. Muchos amigos ya vi pasar y no lo lograron, después de estar en una camilla de hospital luchando con la enfermedad y el abandono, se dan por vencidos y dejan morir su Corazón.

“Corazón”: Es allí donde realmente se aloja el problema. El virus estará en la sangre, pero el que se enferma es el corazón, el dolor del rechazo es penetrante y es el que más duele. Desde que soy portador de VIH no pude volver a mantener relaciones sexuales estables. No tengo pareja porque no me perdonaría el hacerle daño a otras personas inocentes. Siento que soy eso, una persona muy propensa a hacer daño. El mismo daño que me hizo a mí aquel ¨tipo¨ que solo me utilizó como objeto de placer, placer que se prolongo por unos días y se transformó en dolor eterno.

Hoy trato de ser feliz con lo poco que tengo, hasta las sonrisas son obligatorias, forman parte del tratamiento porque si te deprimes, pierdes. Ahora solo me queda decirle a cuantos pueda que el SIDA no es un tema para jugar, tal vez el sexo si, si te cuidas puede ser muy divertido, pero definitivamente las enfermedades que pueden trasmitirse, no lo son.

A los solteros: usen condón y diviértanse

A los emparejados: usen condón y cuídense, porque para ser realistas, más rápido se rompe la fidelidad que un preservativo.

Esta es la paráfrasis literaria de una entrevista hecha a Juan Carlos Martínez, quien hoy trabaja como señora de limpieza de un local nocturno y prefirió mantener oculta su identidad al saber que sería publicado este relato que intenta traducir su vida. Sin embargo espera poder aportar un granito de arena en la prevención de este gran flagelo que lo ha hecho sufrir aún más, que su turbulenta infancia.

Autor: M. Carolina Sandoval